
I
Hay momentos que no tienen respuestas,
instantes en el que a tientas te acuestas,
y piensas ¿por qué no me rendí?
Entre sombras,
tras el portal,
bajo la nieve,
sobre la arena,
frente al mar,
allí estás tú.
Alcanzo una estrella
que se esconde tras la noche,
entre palmas escondida
muy de noche, muy de noche.
Me confiesa los destellos
y la luz que nunca esconde.
Es pasado, es presente
y es futuro,
aunque no importe.
Llega lento, pero llega,
tras mil lunas y mil soles.
Y dejando allí su estela,
nos recuerda que se ha ido,
a otra órbita partido,
a alumbrar otros caminos,
a brillar,
a su destino.
Esa luz que nunca esconde,
será luz para la noche,
entre luces y tinieblas,
aunque sea muy de noche,
muy de noche.
No te esperaba,
Y no se si esperarte o simplemente encontrarte.
No te pensaba,
y ahora no se si olvidarte o en recuerdos acompañarte.
No lo sabía,
tu tristeza, tu silencio,
tus ganas de vida llenas de lugares perdidos,
bocas prohibidas,
espacios a la deriva.
No te creía,
ni en pasado ni en presente,
simplemente, lejanía.
No, no te esperaba.
Y no sabré si olvidarte cuando te apartes,
esperarte en la partida,
si pensarte
O soñarte.
I
Suenan campanas,
hilos y seda.
Suenan las ruedas
de viejas carretas.
El paso,
el camino,
que surca la ciudad,
atraviesa las calles,
rompe las barreras,
cruza las fronteras,
de la capital.
Suenan campanas,
vuelven a sonar,
son eco ancestral,
son danzas del aire,
son círculos flotantes,
son torre, campana, campanario,
y sonar.
París,
tan inmediata y tan distante.
Río imaginario en el que flota mi paraguas,
sillas delgadas que sostienen los romances,
farolas cómplices,
luces que bañan.
Velas que duran la noche entera.
Ciudad de encuentro,
de olvido,
de panes y penas,
de vino, café y prensa.
De poesía y pintura,
de mano sobre mano,
de rostro frente rostro,
de labios que se rozan,
de cuerpos que se atrapan,
de calles donde no hay espacio
para dos corazones distantes.Instrumentos que suenan.
Jardín que intenta luchar contra el tiempo y el olvido,
olvida que se marchita.
Paredes desconchadas, roídas,
de concreto intraspasable,
sostienen una sociedad.
Salones amplios,
luz que se cuela por la ventana,
que descubre.
Cocina,
olor a criollo,
a desayuno,
a maíz, mazorca, harina, arepa,
dulce y ácido;
papelón con limón.
Cocina de sombras,
se asoma la voz de una anciana,
cubierta de arrugas y experiencia
que te ofrece un poco de café caliente al caer la tarde.
Peldaños que llevan a algún lugar,
donde se encuentra el recuerdo de alguien.
Habitación en la que los sueños de otros se gestaron,
donde cobijaron sus temores.
Puertas que son ventanas,
para salir con sólo mirar.
Sillas con formas de cuerpos.
Mesa larga y pesada,
sola y con temple,
siempre lista para ser servida.
Lámpara que cuelgas de un techo que cubre y protege.
Aquí, en la casa de al lado...
Domingo,
Huele a pimentón, cebolla, ajo, tomate, pescado,
Caldo, aceite de oliva.
En la cocina se calientan los corazones cansados,
Sed y Hambre vienen de visita y son bienvenidas.
La mesa hay que ponerla,
Siempre me toca a mi.
Dibujo en la mesa, círculos rotos con líneas,
El cuchillo y el tenedor se extrañan mientras la comida no está.
Navegando sobre el mar
encontré un destino callar,
una barca flotar,
una flota estar.
Entre el cielo y la arena surco la plataforma que traga,
en la que fundo mis pies
y busco tus manos.
Calles llenas de miedo,
con personas que tiemblan,
con corazones que ya no laten,
respiran y se detienen.
Calles llenas de miedo,
Y el miedo sin temer cruzarlas,
atravesar el semafóro en rojo,
pasar sin saludar,
sin mirar a los ojos.
Tiemblo de pensar en la calle,
porque es calle sin hogar,
es calle que se pierde,
Calle ciega,
Calle mía,
Calle.
Quítate los zapatos,
Déjalos descansar.
Quítate los zapatos,
Que se queden con tus pasos,
Con aquellos que ya no das.
Quítate los zapatos,
Déjalos con tus desvíos,
Y tus vías,
Con tus travesias,
sabor de suelo,
de piso,
de tierra.
Deja los zapatos en tu puerta,
Que vigilen lo que fue,
Que no pasen por allí si no toca,
Que no toquen mientras duermo
Y no estés.
De noche el mar,
silencio.
De noche el mar se pierde negro,
Sombra del cielo,
Cielo de otro suelo.
El mar de noche,
Tiembla,
Respira.
El mar de noche,
Susurra,
Recita.
De noche,
Y solo de noche,
Reza.
Si sueñas,
No te quedes dormido,
Soñar es tener el alma despierta,
Soñar es dormir la cabeza,
Y despertar el sentido.
Caminando entre la gente,
Vi el tiempo pasar,
Vi la gente andar,
La vida vivir,
El tiempo seguir,
Vi el presente y la eternidad,
Vi el momento,
El instante,
El paso dar,
El que di,
El que diste,
El que dejaste.
No te apresures,
la premura no premia,
el premio no es premio
si el mi o el pre,
están antes del instante.