Alcanzo una estrella
que se esconde tras la noche,
entre palmas escondida
muy de noche, muy de noche.
Me confiesa los destellos
y la luz que nunca esconde.
Es pasado, es presente
y es futuro,
aunque no importe.
Llega lento, pero llega,
tras mil lunas y mil soles.
Y dejando allí su estela,
nos recuerda que se ha ido,
a otra órbita partido,
a alumbrar otros caminos,
a brillar,
a su destino.
Esa luz que nunca esconde,
será luz para la noche,
entre luces y tinieblas,
aunque sea muy de noche,
muy de noche.
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