lunes, 31 de agosto de 2009

 

Alcanzo una estrella

que se esconde tras la noche,

entre palmas escondida

muy de noche, muy de noche.

Me confiesa los destellos

y la luz que nunca esconde.

Es pasado, es presente

y es futuro,

aunque no importe.

 

Llega lento, pero llega,

tras mil lunas y mil soles.

Y dejando allí su estela,

nos recuerda que se ha ido,

a otra órbita partido,

a alumbrar otros caminos,

a brillar,

a su destino.

 

Esa luz que nunca esconde,

será luz para la noche,

entre luces y tinieblas,

aunque sea muy de noche,

muy de noche.

 

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